119. Soy enfermedad

Para mamá, mil puñaladas. Para papá, obsesión compulsiva.
Seré los efectos secundarios de Maria en el futuro. En Inés desperté alzheimer. Carlotta se deshizo de mi con cirugía estética. A Cristobal le pegue el sida. A Patricia le cure la ceguera tantas veces de forma tan dolorosa que rehusa incluso de pronunciar mi nombre.
En Kevin hemorroides. A Alejandro un infarto al corazón. A Joni su primera parada cardiaca. Y a David un salpullido en el alma.
A Marta la salve del coma, pero la contagie del cólera. En Carmen me manifeste como cancer de lengua tras tanto insulto. A Raquel narcisismo y a Beatriz la peste. Alba se volvió leprosa, Bea la ninfómana popular.
A Maria la controlo mentalmente con falsos ídolos, y apoye a Andrea durante su depresión, Teresa confirmó ser una paranoica medicada y acabe de sintomatizar el virus letal de mi colegio que se transmitía por el aire.

El verdadero problema de todo esto no se encuentra en quien padece qué o porqué contrajo semejantes males. Yo soy el por quien o la consecuencia, pero para ninguno tengo una solución. Yo que contraigo todas las enfermedades, las contagio y las padezco. Por dentro en silencio, porque muchas veces olvidamos mas que perdonamos y encontramos nuestros silencios llenos de rencor ahogado; que nos consume poco a poco a través del canal sanguíneo. Soy el germen de un virus aletargado que se transmite con cada sonrisa y tras cada rumor, en cada comentario o en lo que se da por sentado. Llevamos dentro el caos porque no sabemos estar en paz con nosotros mismos y eso a la larga no renta.

118. Oriente

Que lo facil es correrme y recorrerte, fluir por tu corriente dejándome llevar por la dureza de tu espalda. Que lo duro de verdad viene despues, y es extrañarte, el no saber donde ubicarte es lo que mas duele la verdad. No hay promesas, ni futuro, ni charlas largas, ni confesiones profundas; solos tu, yo y la que se avecina sonando de fondo en la salita de estar, la misma que solemos frecuentar al darnos tregua... treguas, silencios, descansos que empleo para observarte, tu para tranquilizarte y que siempre acaban con el horario del autobús. Quisiera saber que esto lleva a alguna parte, que por las noches eres el tipico romantico y me recuerdas, pero por desgracia se que no es así. Tambien me encantaria convencerme a mi misma como convenzo a todo el mundo cuando digo que lo nuestro no es mas profundo que un hola despreocupado, pero por mas que lo repito cada vez que vuelves caigo rendida a tus encantos.

¿Cual es la solución? ¿El remedio? ¿como paliar este dolor que me recorre? porque eres lo mas parecido que tengo al desconsuelo, y no lo quiero. Pero se que te rezo y cada 30 dias las distancias se hacen nulas los suspiros la constante y mi alegria mas concreta; y aunque no lo parezca eres cual droga que me entra, me alimenta, me renueva para luego desaparecer y ansiar tu vuelta.

Mirame, pues el azul de mis ojos es mas de cielo cuando vienes para alzarme en vuelo y creo que ya no es amor lo que espero pero exagero y reitero que por tus caricias dulces yo...

117. Our blood is radioactive